7.9.09

CONCEPCIÓN DE LA VIDA

Desde luego, que se ha dicho mucho sobre la defensa de la vida descontrolada y desordenada en el hombre referida a la prevención o anti-concepción de su concepción.

Pero muy poco se hace por la vida y dignidad de muchos seres humanos desamparados y moribundos; muriendo poco a poco por la inconsciencia de otros y por lo poco que les ofrece el sistema dominado por la violencia y el materialismo actual. Es decir, “líderes” defensores de la vida y de los derechos humanos no hacen nada o muy poco por tantas personas con sus vidas reales y palpables. Muchas personas, quién sabe millones de ellas, deambulan por el mundo sin reconocimiento y sin defensa de las circunstancias de sus vidas. Y son de carne, huesos, espíritus reales y algo más... ¿Quién los protege aquí en la tierra? ¿Quién les ayuda? ¿Quién les tiende una mano? ¿Qué legislador, organismo o gobierno los defiende de la adversidad para el derecho de sus vidas? 

Primeramente debiera defenderse la vida humana palpable y real, y luego analizar la concepción de la vida y ver si verdaderamente se concibe antes de un día o después. Desde luego, que aunque ninguna persona tiene la autoridad de quitar la vida arbitrariamente, es incuestionable que la vida es imperecedera en todos los procesos físicos y espirituales. Pero ese proceso sublime puede ser un tema de estudio y análisis político, social, científico, ético, moral, religioso, filosófico y espiritual muy importante y profundo, y para una sociedad humana desarrollada, equilibrada e inteligente. Por ahora, en la realidad del desorden de la vida de hoy, hay mucho que preocuparse por la vida de muchísimos seres humanos que ya nacieron y están verdaderamente constituidos... pero muriendo poco a poco, desamparados y subestimados. Todo ello, sin considerar a todos las matanzas humanas permanentes provocadas por las guerras y conflictos innecesarios de los pueblos, y muchos más que mueren en la enfermedad no atendida. Muchos otros, seres humanos, mueren cada día de sed y hambre, de alimento, de agua y de vida digna; y tantos otros que todavía mueren poco a poco y lentamente en busca de alguna oportunidad, y de una vida meritoria de valores e ideales, de paz y fraternidad. 

Si existe tal magnitud de riqueza, medios, especialistas y eruditos en el mundo para evitar la muerte de millones de seres humanos individualizados, con sus nombres y familias, y nada, o muy poco se hace al respecto por ellos, es seguramente por una fatalidad de microscópica conciencia o inconsciencia profunda. Dicho de otro modo, se niega, se aniquila, se asesina, se extermina a millones de seres humanos a la vista, oídos e indiferencia del sistema y sus asociados que dominan en el planeta. 

Del mismo modo, valorar y defender la vida humana, no solamente es responsabilidad principal de guías, líderes, sociedades, pueblos y países influyentes del mundo, porque también lo es, la misma esencia de las relaciones sociales humanas. Entre personas, en la familia y en colectividad social y redes, existe mucho desamparo en la vida cotidiana de las personas. Entre hermanos, padres, hijos y parientes muy cercanos, es fácil encontrar hoy en día el aislamiento y el olvido por parte de sus aparentes seres queridos y amados. Lo que indicaría que la subestimación y la negación a la vida por parte de la familia y la sociedad es a su vez siempre muy frecuente. Del mismo modo, se concluye con las mismas consideraciones y razones anteriormente dichas, más del 50% de los conflictos en la familia se originan por las causas de un proceder materialista – consumista; o sea por las causas provenientes sobre los intereses socioeconómicos en sus diversos grados, y que estos en definitiva se desencadenan en actitudes traumáticas de confrontación y violencia, y que culminan con la misma desintegración de la familia. Así como se desintegran familias por los intereses materiales y de consumo de sus integrantes, igualmente sucede que algunos se agrupan, o se forman familias precisamente por el interés y la codicia de las cosas materiales y los bienes inmobiliarios y de consumo, para luego caer nuevamente en constantes conflictos, desintegración y desunión, cayendo en un círculo vicioso de nunca acabar; y los componentes de aquellas familias nunca comprenden – profundamente - por qué tanta recurrencia con separaciones, ambiciones, soberbia, rencores y más violencia. 

De igual manera, la mayoría de los conflictos entre países son del mismo origen provenientes sobre los mismos intereses, y que se desencadenan en actos de violencia, terrorismo y guerras. 

Por esa consecuencia, una y otra vez, el materialismo y la violencia son factores que han provocado la decadencia de la humanidad. 

Se requiere puramente un modesto grado de conciencia para comenzar a revertir esta grave situación de la sociedad del mundo entero y para ello existen órdenes o líneas que imparten conocimiento científico para transformar tal situación que afecta prácticamente a toda la humanidad.

La violencia conductual y el materialismo consumismo y todas sus manifestaciones asociadas, niegan en alguna o gran medida la vida humana. Y todavía en diversas circunstancias del acontecer de la vida diaria, se niega la vida de un semejante. 

“La ira”, que encabeza la violencia, lidera y representa a un amplio espectro de afinidades con el materialismo, y ambas definiciones contribuyen a degradar y a negar la vida humana: IRA - rencor, odio, rabia, cólera, resentimiento, furia, irritación, intolerancia, descontrol, egoísmo, soberbia, orgullo, avaricia, codicia, egocentrismo, discriminación, vanidad, inmodestia, ambición, sojuzgad, ansiedad, injuria, burla, falsedad, cinismo, prejuicio, mentira, engaño, deslealtad, traición, infidelidad, ingratitud, impiedad, falsía, pasión, exaltación, crimen, confrontación, rivalidad, envidia, maldad, perversidad, terrorismo, brutalidad - violencia. 

¿Cómo se puede entender y comprender lo que se dice que es amor, y amor a la vida humana?

¿Existirá la defensa a la vida con tanta negación, desamparo y olvido de ella misma? 

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