7.9.09

COMPRENDER EL TRANSCURSO DE LA VIDA

COMPRENDER EL TRANSCURSO DE LA VIDA

¿Cómo entender el transcurso de las cosas y de la vida?

El transcurso de las cosas y de la vida habría que tratar de entenderlo como un proceso, pero independientemente del concepto común que le damos al tiempo. El tiempo puede servir de referencia y de orden para las distintas acciones, desenvolvimientos y desarrollos de los individuos humanos en una vida organizada y civilizada. Pero el ideal sería que el individuo no viviera con la prisa del peso del transcurso del tiempo sobre sus hombros porque le amarga la vida; por lo tanto, debería ser al revés; el tiempo como un proceso, pero al servicio del hombre. 

La vida del cuerpo humano desarrolla un proceso físico; la vida de los animales tienen su proceso físico; la vida de las plantas tienen un proceso físico; la vida de los planetas, estrellas y galaxias tienen un proceso físico. Pero cada uno de todos esos procesos son independientes del concepto y percepción humana del Tiempo. 

El concepto del tiempo está arraigado a la psicología y mentalidad humana; y esa es una de las razones del motivo de cómo ve y siente el desarrollo de sus sentidos sensoriales y el envejecimiento de su cuerpo físico. Por ejemplo, si no existiera el envejecimiento del cuerpo humano, el concepto psicológico del tiempo sería muy distinto. Lo que indicaría que la interpretación del tiempo es principalmente adaptación voluntaria biológica y mental. 

Se puede entender que la percepción de la vida es la misma eternidad, sin embargo, la psicología humana somete al individuo al tiempo haciéndole creer que la vida es transitoria y temporal. El ejemplo más simple de la eternidad de la vida es darse cuenta de ella, percibir la vida misma y tomar conciencia sobre ella. Puede parecer un poco absurdo pero es más simple de lo que parece; para ello, hay que comenzar como dice el primer capítulo, en el Reconociendo Humano, y lo demás viene casi por añadidura. 

La eternidad, tampoco es algo que el individuo deba esperarla con el concepto del tiempo que tiene en su mente o que deba recibirla como una sensación específica, o como tocarla con las manos. Por ejemplo, suponiendo que el inmenso mar de un océano sea la eternidad, y una persona le dice a otra “sumérgete ahora en las profundidades de la eternidad”; y a lo mejor, esa persona sentirá que está en las aguas de ese océano y psicológicamente adjudicará en su mente que esa es la eternidad. Significaría, que en la generalidad de la psicología humana como está arraigada a las circunstancias del tiempo y de las sensaciones sensoriales físicas, le es muy difícil entender y menos comprender que la eternidad es la vida y el todo y en el proceso y dimensión que sea. Concluyendo, que la vida ES, y sus procesos de toda la creación y evolución cósmica naturalmente SON, y eternos. Inclusive quién sabe, que puede serlo hasta el mismo silencio del aparente vacío absoluto, y que en esa circunstancia sea el efecto primordial de transición del proceso siguiente de la manifestación de la vida de la creación evolutiva del universo o de los universos y dimensiones y así, eternamente... 

Es indudable que es difícil comprender la vida con respecto a la eternidad. Por ejemplo, el mismo mar anterior sea la eternidad y cada una de las partículas de agua son la vida, pero a su vez cada gota de agua interactúa interconectada con todas para formar la vida misma de la eternidad. Y puede también transmutar un proceso distinto, como la evaporación y formar a otro universo atmosférico de vapor de agua y luego precipitar y formar nuevamente un océano o mar. O sea, la vida, en cualquier estado o dimensión se manifiesta eternamente. 

Se dice, “de tal palo tal astilla”; la astilla, puede ser cada persona; el palo, la humanidad; ¿Y el árbol? El árbol… puede ser la vida en el Universo cósmico; ¿Y todos los árboles? Los universos y dimensiones; y todo eso... Dios… 

Ahora en la vida humana, cada persona puede ser a su vez parte de ese Grandioso orden que conforma la unidad eterna de la vida humana. Aunque algunos se preguntan... ¿Pero si en otro tiempo fueron apenas unos pocos seres vivientes habitantes en el planeta, y cómo ahora vamos camino a los ocho mil millones? Eso no tiene mayor importancia con respecto a la vida y a la misma eternidad porque ese, es un proceso, igual que las aguas que naturalmente cambian de estado o de dimensión, y si ahora somos más 8M.M., después pueden ser 100.000.000.000, o tan siquiera limitadamente dos o cuatro personas en la Tierra, es puramente el transcurso de un grandioso proceso. Y si por último no existe ninguno, tampoco importa porque la vida es, y los procesos de la eternidad son, y en otro plano, dimensión o planeta, se manifiesta la vida humana, o la semejanza de ella otra vez. Pero la vida y la eternidad son sempiternamente fuera del concepto o sensación del individuo humano... 

Un principio esencial de la vida humana es precisamente la naturaleza que le rodea. 

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