7.9.09

DA VIDA Y VE LA VIDA EN LA VIDA




¿Cómo interpretar, valorar y encontrar un sentido a la vida?



Por Jorge Julio Otterstein


Tratar el tema de la vida puede llegar a ser inmensamente difícil, sobre todo para una persona común y corriente aferrada a ella misma; y ni siquiera poder describirla en palabras escritas o encontrar el verdadero y profundo significado sobre ella, pero al menos, se puede tratar de entender y comprenderla y en lo posible en su misma sencillez. 

Quién sabe, parecida a la calificación de inteligencia en donde curiosamente se produce una contrariedad por la auto definición en sí misma que poseemos y en ese mismo contexto es delicado dar una opinión contextual real. Es como decirle a la misma bicicleta (del principio del libro PDX) que se analice a sí misma y si eso fuere posible lo más factible es que si la bicicleta pudiere decir algo, su ego diría que es lo mejor que existe por una suerte de suficiencia, defensa y supervivencia de sí misma, y a lo mejor su opinión sería mas coherente al referirse a quien la usa, en este caso, no otra bicicleta, sino a una persona. Porque puede ser más real y especifica la opinión o análisis que hace el “observador” de una sociedad común a algo distinto de su condición. Aunque de igual forma la observación al ente distinto “observado” puede ser todavía una opinión muy superficial y subjetiva. Pero como no hay alternativas, naturalmente se puede expresar el pensamiento de la propia acción de eventos y circunstancias de la vida cotidiana humana y como mejor puede le parecer al espectador y de acuerdo a la libertad de sus convicciones. 

El tema de la vida, en su valor real por ejemplo, es de gran complejidad y siempre sobrelleva parámetros y contradicciones a la hora de los hechos, situaciones, circunstancias y eventos que se manifiestan en su acción acostumbrada. Si bien es cierto que se le adjudica un inconmensurable valor a la vida en si misma, es que con mayor razón a la del ser humano. 

El valor de la vida del hombre, en su derecho mismo como grupo organizado y constituido, goza de una variada gama de aspectos por su compleja interpretación de su contrapartida. Si el derecho a la vida por ejemplo, se deleita de un privilegio legal y moral amparado por las leyes y ordenamientos establecidos, sufre contradicciones al momento que es trastocada o manipulada su realidad por aquellos intereses y medidas autoritarias. No son puramente las circunstancias de dificultades extremas y de las manifestaciones de la misma naturaleza las que provocan inestabilidad y contradicción en ese mismo derecho natural a la vida, sino que a su vez aquellas razones e interpretaciones antojadizas y arbitrarías por una definición equívoca hasta de la misma ley y su constitución de un Estado. 

La Ley de la Constitución política de un Estado, que se dice igualitaria en los derechos individuales de las personas, no lo parece del todo en circunstancias a veces específicas y puntuales en donde puede incluso variar en la medida de la situación de nivel social y económico de quien se “ampara” bajo el alero de esa misma ley. 

EL VALOR DE LA VIDA Y EL DE LAS PERSONAS

El valor de la vida a ciencia cierta puede variar, por ejemplo, llegado el momento de la muerte:

El valor y el derecho a la vida no es igual en una persona condenada a muerte, que por otra que es un Juez; una persona puede ser condenada a muerte por haberle quitado la vida a otra persona; en cambio, otro individuo puede ser premiado y condecorado por haberle quitado la vida a millares o millones de personas inocentes en un conflicto bélico innecesario entre naciones. 

Lamentable y trágicamente fallecen 3000 personas en un acto terrorista. Por represalia y venganza de este atentado, fallecen terrorífica y trágicamente más de un 1.000.000 personas ¿Se valora y se defiende la vida aniquilando la existencia de otras vidas humanas? Ni lo uno ni lo otro justifica una acción que pudiera denominarse de un ideal de vida. Menos aún, si ese acto proviene de parte de una entidad que se denomine desarrollada, educada e inteligente. 

La vida tiene muchos matices contradictorios y singulares referidos a su importancia y su valor porque una y otra vez se encuentran diversos ejemplos:

Muchas veces cuando una persona ha fallecido, cobra más importancia que cuando verdaderamente existía. En su funeral, su casa o la capilla ardiente, se llena de gente, y cuando estaba con vida física no la visitaban ni sus parientes. 

Muchas veces o la mayoría de las veces, se habla y se recuerda a personas en vida para criticarlas, enjuiciarlas y calificarlas. En cambio, cuando esa persona ha fallecido, especialmente se recuerda y se habla de sus virtudes. 

Muchas veces cuando un ser humano nace, genera importancia en su madre y en su padre. Pero cuando fallece, hasta los curiosos acuden a ver un cuerpo inerte y sin vida. 

Para proteger la vida un individuo puede ordenar la muerte de la vida miles de personas. 

Un individuo puede aniquilar a un pueblo entero según él en busca de la vida armoniosa y de la paz. Siempre y cuando no se incluya a él mismo y pueda descansar en paz. 

La vida de las personas en la enfermedad es un negocio rentable para muchos individuos; siempre y cuando sus precarias vidas sigan delicadas de salud. 

La vida de una persona tiene más valor para la sociedad si ha acumulado riquezas materiales que no tienen vida.

Hay países en donde se respetan por ley los derechos humanos de las personas, sin embargo, cualquier individuo puede tener un arma para usarla en contra de la vida de otro “ser humano”.

En esos mismos países, de los que se dice que son más desarrollados del mundo, poseen armar nucleares y estratégicas para aniquilar la vida de la humanidad completa varios miles de veces. 

Se concluye con esos ejemplos, que la vida humana a la hora de buscar la razón de su existencia es muy variable su interpretación y sus derechos. Pero al menos, indiscutiblemente no se puede menospreciar el inconmensurable valor esencial de la vida humana en si misma y por quienes la valoran verdaderamente como un proceso natural de manifestación y experiencia extraordinaria. 


VER LA VIDA HUMANA COMO CUALQUIER COSA

Comúnmente en la vida, la vida tiende a verse como una cosa u objeto y no cómo es la vida; es común que se vea la vida de las plantas vegetales como cosas y no se ve la vida que existe en cada una de ellas; se destruyen, manipulan o se acomodan de acuerdo a intereses de individuos y como simples cosas; también es común que los nobles árboles se vean como cosas que a veces pueden servir de algo y casi nunca se ve la vida que hay en todos ellos; se ven los animales como animales y cosas, y no la vida que existe en cada uno de ellos; en muchos otros casos, los humanos se ven como animales y cosas, y no la vida que hay en cada uno de todos, porque no se ve el reflejo y semejanza de vida en la naturaleza con la vida que hay en todos ellos; se ven los alimentos para saciar la ansiedad de comer, y no el alimento que procesa la vida y que da más vida; se ve a las piedras como para tirar piedras y no se ve la vida que va y que viene en ellas; se siente el aire que se respira, pero no se ve la vida que hay sin él; se ve la luz por lo que alumbra y resplandece, pero no se ve la luz de la vida en la luz; se ve a la Tierra, pero solamente en el polvo y en la arena, y que a veces estorba y molesta, pero no se ve la vida de la Madre Tierra; es común que el agua se vea tan pura y puramente se derrama saciándose, pero no se ve la vital vida esencial que existe en las aguas. 

Desde otra apreciación, valorar la vida verdaderamente no es sinónimo de quejas y prejuicios permanentes y sutiles sobre ella, y con respecto a todo lo que la relaciona con el individuo y la sociedad. Valorar la vida, es mucho más que eso. 

La vida, no es solamente materia o un cuerpo animado. Es todavía mucho más. Es decir, la vida humana no es tener únicamente cuerpos o entes energizados y animados con vida solamente física ¡Es mucho más que todo aquello! 

Se ha dicho y escrito mucho sobre la vida y la vida del hombre. Pero en verdad, muchas veces, lo que se ha escrito, lo que se ha dicho, lo que se dice y se defiende sobre ella, no es verdaderamente coherente y consecuente con la razón, objetivo y finalidad del propósito de la vida en sí. ¡Porque debe existir una razón! Si se ha ofrecido la vida para experimentarla con un conocimiento infinito en un mundo físico, es perfecta y matemáticamente posible que la finalidad derive en virtud de un proceso siguiente de orden espiritual. 

En tal afirmación, todo lo que signifique interrumpir arbitrariamente ese grandioso y natural proceso o se asocie a degradar la vida y su propósito en ese orden, es delicado y terrible. Y desde luego, con ese dramático presagio todas aquellas materias y actitudes aceptadas por la sociedad con el propósito contrario a la vida y a sus derechos éticos, morales y legítimos, es grave y deplorable. Como por ejemplo, la violencia conductual y el materialismo consumismo de estilo de vida común de hoy en día. 

¿Cómo puede concebirse que entidades y organismos influyentes en el mundo que dicen ser defensores de la vida humana y sus derechos, puedan estar terriblemente ciegos, al no comprender por ejemplo que la violencia y la forma de materialismo del que se conoce ahora es la oposición y negación de la libertad y el derecho a la vida humana? 

Se podría demostrar científicamente que la violencia y el materialismo egocéntrico matemáticamente es la obstrucción y privación del propósito y razón de la vida humana y la del planeta. 

En muchos medios de comunicación, incluido los de aparente constitución y tendencia cristiana, la violencia y el materialismo se amparan y se apoyan sin deviedo para manifestarse permanentemente por esa vía pública y social. Posiblemente debido a influencias que dominan el sistema, los directores de aquellos medios conscientes o inconscientemente no han tenido la posibilidad de conocer y manifestar algo distinto, o es claramente apostasía. De lo contrario con algún grado de conciencia verdadera sobre la razón de la vida humana, de la eticidad, de la moralidad, de la espiritualidad, o precisamente de los mandamientos de Dios, algo contribuirían, algo cambiarían, o algo harían, porque a cada momento de la emisión de programación de esos medios de comunicación existe un alto grado de violencia conductual y codicia, materialismo - consumismo. 

CONCEPCIÓN DE LA VIDA

Desde luego, que se ha dicho mucho sobre la defensa de la vida descontrolada y desordenada en el hombre referida a la prevención o anti-concepción de su concepción.

Pero muy poco se hace por la vida y dignidad de muchos seres humanos desamparados y moribundos; muriendo poco a poco por la inconsciencia de otros y por lo poco que les ofrece el sistema dominado por la violencia y el materialismo actual. Es decir, “líderes” defensores de la vida y de los derechos humanos no hacen nada o muy poco por tantas personas con sus vidas reales y palpables. Muchas personas, quién sabe millones de ellas, deambulan por el mundo sin reconocimiento y sin defensa de las circunstancias de sus vidas. Y son de carne, huesos, espíritus reales y algo más... ¿Quién los protege aquí en la tierra? ¿Quién les ayuda? ¿Quién les tiende una mano? ¿Qué legislador, organismo o gobierno los defiende de la adversidad para el derecho de sus vidas? 

Primeramente debiera defenderse la vida humana palpable y real, y luego analizar la concepción de la vida y ver si verdaderamente se concibe antes de un día o después. Desde luego, que aunque ninguna persona tiene la autoridad de quitar la vida arbitrariamente, es incuestionable que la vida es imperecedera en todos los procesos físicos y espirituales. Pero ese proceso sublime puede ser un tema de estudio y análisis político, social, científico, ético, moral, religioso, filosófico y espiritual muy importante y profundo, y para una sociedad humana desarrollada, equilibrada e inteligente. Por ahora, en la realidad del desorden de la vida de hoy, hay mucho que preocuparse por la vida de muchísimos seres humanos que ya nacieron y están verdaderamente constituidos... pero muriendo poco a poco, desamparados y subestimados. Todo ello, sin considerar a todos las matanzas humanas permanentes provocadas por las guerras y conflictos innecesarios de los pueblos, y muchos más que mueren en la enfermedad no atendida. Muchos otros, seres humanos, mueren cada día de sed y hambre, de alimento, de agua y de vida digna; y tantos otros que todavía mueren poco a poco y lentamente en busca de alguna oportunidad, y de una vida meritoria de valores e ideales, de paz y fraternidad. 

Si existe tal magnitud de riqueza, medios, especialistas y eruditos en el mundo para evitar la muerte de millones de seres humanos individualizados, con sus nombres y familias, y nada, o muy poco se hace al respecto por ellos, es seguramente por una fatalidad de microscópica conciencia o inconsciencia profunda. Dicho de otro modo, se niega, se aniquila, se asesina, se extermina a millones de seres humanos a la vista, oídos e indiferencia del sistema y sus asociados que dominan en el planeta. 

Del mismo modo, valorar y defender la vida humana, no solamente es responsabilidad principal de guías, líderes, sociedades, pueblos y países influyentes del mundo, porque también lo es, la misma esencia de las relaciones sociales humanas. Entre personas, en la familia y en colectividad social y redes, existe mucho desamparo en la vida cotidiana de las personas. Entre hermanos, padres, hijos y parientes muy cercanos, es fácil encontrar hoy en día el aislamiento y el olvido por parte de sus aparentes seres queridos y amados. Lo que indicaría que la subestimación y la negación a la vida por parte de la familia y la sociedad es a su vez siempre muy frecuente. Del mismo modo, se concluye con las mismas consideraciones y razones anteriormente dichas, más del 50% de los conflictos en la familia se originan por las causas de un proceder materialista – consumista; o sea por las causas provenientes sobre los intereses socioeconómicos en sus diversos grados, y que estos en definitiva se desencadenan en actitudes traumáticas de confrontación y violencia, y que culminan con la misma desintegración de la familia. Así como se desintegran familias por los intereses materiales y de consumo de sus integrantes, igualmente sucede que algunos se agrupan, o se forman familias precisamente por el interés y la codicia de las cosas materiales y los bienes inmobiliarios y de consumo, para luego caer nuevamente en constantes conflictos, desintegración y desunión, cayendo en un círculo vicioso de nunca acabar; y los componentes de aquellas familias nunca comprenden – profundamente - por qué tanta recurrencia con separaciones, ambiciones, soberbia, rencores y más violencia. 

De igual manera, la mayoría de los conflictos entre países son del mismo origen provenientes sobre los mismos intereses, y que se desencadenan en actos de violencia, terrorismo y guerras. 

Por esa consecuencia, una y otra vez, el materialismo y la violencia son factores que han provocado la decadencia de la humanidad. 

Se requiere puramente un modesto grado de conciencia para comenzar a revertir esta grave situación de la sociedad del mundo entero y para ello existen órdenes o líneas que imparten conocimiento científico para transformar tal situación que afecta prácticamente a toda la humanidad.

La violencia conductual y el materialismo consumismo y todas sus manifestaciones asociadas, niegan en alguna o gran medida la vida humana. Y todavía en diversas circunstancias del acontecer de la vida diaria, se niega la vida de un semejante. 

“La ira”, que encabeza la violencia, lidera y representa a un amplio espectro de afinidades con el materialismo, y ambas definiciones contribuyen a degradar y a negar la vida humana: IRA - rencor, odio, rabia, cólera, resentimiento, furia, irritación, intolerancia, descontrol, egoísmo, soberbia, orgullo, avaricia, codicia, egocentrismo, discriminación, vanidad, inmodestia, ambición, sojuzgad, ansiedad, injuria, burla, falsedad, cinismo, prejuicio, mentira, engaño, deslealtad, traición, infidelidad, ingratitud, impiedad, falsía, pasión, exaltación, crimen, confrontación, rivalidad, envidia, maldad, perversidad, terrorismo, brutalidad - violencia. 

¿Cómo se puede entender y comprender lo que se dice que es amor, y amor a la vida humana?

¿Existirá la defensa a la vida con tanta negación, desamparo y olvido de ella misma? 

EL VALOR DE LA VIDA CONDICIONADA DE LAS PERSONAS

A veces puede ser muy bueno tratar de ver las cosas de la vida desde un punto de vista distinto.

El ideal sería no medir y valorar la vida de las personas solamente por lo que tienen materialmente.

El ideal sería que no se valore la vida de una persona midiéndola y catalogándola meramente para lo que sirve para otros; como una cosa mecánica. 

Es imposible valorar la vida de las personas verdaderamente cuando solamente se mide para lo que sirven y no por lo que son como personas humanas.

Muy distinto es valorar y aplaudir a personas que hacen servicios humanitarios, sociales o de cualquier índole. 

En otro ámbito, en verdad, que puede ser muy bueno ver la vida también en los animales por lo que son y no singularmente como animales que sirven para algo como cosas y status sociales.

Como decía un párrafo anterior, no se puede ver y encasillar a los animales tan ligeramente por los beneficios que prestan al hombre; a veces, hace bien verlos por lo que son como seres vivientes. 

Cuando se trata de entender la vida y a la vida es muy necesario comprendedla en lo esencial y primordial y en todas sus manifestaciones.

No se puede valorar la vida de una persona viendo puramente para lo que pueda servir para otras; por lo que hace, por lo que tiene, por lo que dice; no debería ser así. Debería valorarse a una persona por lo que es. Una vez que se logra entender eso se podría comprender “el derecho a la vida”. 

Desde luego que sería muy distinto que una vez que se ha comprendido lo que es real de la vida humana y en cualquier orden, con esa base esencial, puede analizarse en conciencia lo que cada persona es; y por consiguiente, lo que dice, lo que hace, lo que desarrolla, lo que manifiesta, lo que sirve, lo que alcanza, lo que tiene; pero sin perder de vista que la vida de una persona es, y los procesos materiales son.

Por lo tanto es necesario valorar la vida humana en su real dimensión. Es decir, es, es esencia y existencia de la vida misma, y los demás procesos y valores materiales que acumulamos en el método de vida simplemente son complementarios y superficiales, pero no imprescindibles para comprender la vida y la vida humana. 

En otro sentido, muchísimas personas en sus vidas no pueden ser solamente como son ellas mismas, sino que como los demás quieren que sean. Toda persona podría tener una contrapartida, dualidad, doble estándar y otra personalidad de cómo es verdaderamente. 

Puede existir la persona más humilde, la más destacada, la más sobresaliente, la más inteligente, pero, eso depende igualmente de las personas que le rodean. Así como las personas más sabias y generosas terminaron condenadas por otras, simplemente por ser buenas personas, así también, aquellos individuos beligerantes, conflictivos y antisociales terminan siendo héroes y líderes. Entonces quiere decir, que la naturaleza de una persona en la experiencia de la vida en la sociedad depende en cierto modo de la misma naturaleza de la sociedad o de quienes le rodean. 

Existen personas muy destacadas y buenas, pero que pueden llegar a ser en estricto rigor lo que los demás quieren que sea. Incluso, sistemáticamente pueden ser injuriadas, calumniadas y condenadas con el propósito de hundirlas, y muchas veces sin razón aparente. En cambio, existen otros individuos vanagloriados, degradantes, conflictivos y groseros, que pueden llegar a ser aplaudidos, admirados y premiados por sus actos. 

Los contrasentidos en la forma de vida y en las relaciones humanas es otro síntoma con un diagnóstico deplorable; en donde muchas cosas admitidas y aceptadas como normales y naturales en la sociedad son totalmente negativas y decadentes. En muchos casos, se vive solamente una apariencia de lo que tendría que ser una forma de vida digna y benigna; a la cual se suman otras enfermedades psicológicas y mentales como la envidia, la soberbia y la ira, y que son algunas de las causas que impiden a la sociedad desarrollarse verdaderamente. 

Quiere decir, que no basta en cómo es la naturaleza de una persona; no basta con que alguien quiera ser de tal manera; asimismo, mucho depende de cómo es la cultura, los principios, la educación y la forma de ser de su familia, de la sociedad, del país, y así sucesivamente en donde se desarrolla aquella persona socialmente. 

Se dice claramente que, lo que exterioriza una persona en su vida es el reflejo de su interior; de igual manera y en cierto sentido lo que ella persona piensa, siente y refleja, es asimismo concomitante sutilmente interconectado con la humanidad completa. Quién sabe, que por eso pudiera ser tan importante la oración, los buenos pensamientos, las súplicas, los ideales, las buenas intensiones, las buenas palabras, las buenas iniciativas, los buenos deseos sobre los otros. 

Distinto puede ser lo dormido, lo perdido, los vicios, las adicciones, los malos hábitos y las costumbres sociales producto de la inconsciencia e ignorancia, y que en alguna medida también son formas de vivir que pueden irradiarse a las colectividades sociales. 

Después de todo lo dicho, la vida humana es aun mucho más que todo lo expresado. Defender la vida no basta con alguna conclusión de laboratorio en donde exista cierta estabilidad económica y que no se niegue de tantas formas y en actitudes extremas; aunque son consideraciones muy importantes hay mucho más.

Los orígenes de la delincuencia, de la violencia, del odio y el abandono, son aun todavía más profundos de analizar. Ya se han dicho aquí los factores importantes que directamente han ocasionado estos males en la sociedad, pero a su vez, en muchos de esos casos existen razones más profundas en cómo estos se han originado y primordialmente estos factores son los que han provocado el desamparo e incertidumbre en el individuo humano, y ellos se relacionan con aquellas razones de orden un poco más sensible. Pero de igual manera son importantes y que tienen que ver con algo más profundo en virtud de la vida misma, y que en definitiva, la falta de aquello es la causa y efecto de todo lo presentado anteriormente.

Es por ello que esos aspectos no pueden ser muy superficiales y efímeros en el diario vivir de la sociedad humana. La indiferencia de estos aspectos con respecto al desarrollo de las personas en una sociedad, provocan vacíos de algo más que busca el individuo, y en el que muchas veces la mayoría de ellos no sabe qué es. Y es de suponer que sea la verdadera experiencia del amor y espiritualidad; lo sea alguna Religión de cualquier orden comprometida con los valores reales de la vida, o cualquier tendencia espiritual, en que se busque y se enseñen valores de la vida real o, simplemente que alguna vez la educación contemple SABER VIVIR. En el buen sentido de la palabra, y no solamente el correr por una profesión. 

Probablemente cuando por fin se logre comprender que la existencia de la humanidad completa es una vida, se actuará verdaderamente en virtud y en conciencia de su proceso real. Cada persona, solamente es independiente como una unidad dentro de un todo infinito y absoluto. Microcosmos y Macrocosmos. En el plano tridimensional la vida humana es independiente en cuerpo físico corporal, es independiente en el libre albedrío, es independiente en los pensamientos, en su alma y espíritu y algo más…

Pero más allá, hay mucho más que conforma esa eterna unidad. Es de suponer, que el aspecto egocéntrico del individuo actúa en forma independiente, tal como lo dice la misma palabra “ego-céntrico” Aunque esos aspectos son enérgicamente iguales porque su potencial puede variar por control, equilibrio y madurez personal de cada persona. 

La clave inicial de esta etapa y proceso de vida radicaría entre el equilibrio de la expresión de la conciencia espiritual y la energía física del mundo tridimensional. En conciencia, en el equilibrio, control y transmutación de la energía física, en virtud de la base de la comprensión de la experiencia y experimentación del ser humano y por consiguiente originar la afinidad, armonía y sintonía con la vibración de la conciencia espiritual. 

LA VIDA & EL TIEMPO & LA ETERNIDAD

¿Cuánto hay que esperar para que las cosas sucedan en la vida?

Puede que no exista el pasado ni el futuro; el transcurso de la vida sería un proceso de acción evolucionado del que se puede tomar conciencia; y la conciencia espiritual en su esencia sería atemporal. 

No es que las cosas tengan que suceder o pasar porque sencillamente son. Lo que ocurre es que generalmente transitamos aferrados del Tiempo adaptando la psicología de la vida al transcurso del tiempo y sus espacios temporales. La vida, naturalmente es, y las cosas y procesos son. 

La mente y la psicología humana permite al individuo pensar y creer que el tiempo marcha sobre sus hombros. El ideal sería que el hombre se manifieste por sobre el tiempo. Si la psicología humana percibiera al transcurso del tiempo de una forma distinta, experimentaría una vida más llevadera. Si el Tiempo se observara como un proceso abstracto o neutro, el individuo humano no envejecería psicológicamente y así observaría el envejecimiento de su cuerpo físico como un proceso, y no como una derivación fatal y terrible de su vida. 

COMPRENDER EL TRANSCURSO DE LA VIDA

COMPRENDER EL TRANSCURSO DE LA VIDA

¿Cómo entender el transcurso de las cosas y de la vida?

El transcurso de las cosas y de la vida habría que tratar de entenderlo como un proceso, pero independientemente del concepto común que le damos al tiempo. El tiempo puede servir de referencia y de orden para las distintas acciones, desenvolvimientos y desarrollos de los individuos humanos en una vida organizada y civilizada. Pero el ideal sería que el individuo no viviera con la prisa del peso del transcurso del tiempo sobre sus hombros porque le amarga la vida; por lo tanto, debería ser al revés; el tiempo como un proceso, pero al servicio del hombre. 

La vida del cuerpo humano desarrolla un proceso físico; la vida de los animales tienen su proceso físico; la vida de las plantas tienen un proceso físico; la vida de los planetas, estrellas y galaxias tienen un proceso físico. Pero cada uno de todos esos procesos son independientes del concepto y percepción humana del Tiempo. 

El concepto del tiempo está arraigado a la psicología y mentalidad humana; y esa es una de las razones del motivo de cómo ve y siente el desarrollo de sus sentidos sensoriales y el envejecimiento de su cuerpo físico. Por ejemplo, si no existiera el envejecimiento del cuerpo humano, el concepto psicológico del tiempo sería muy distinto. Lo que indicaría que la interpretación del tiempo es principalmente adaptación voluntaria biológica y mental. 

Se puede entender que la percepción de la vida es la misma eternidad, sin embargo, la psicología humana somete al individuo al tiempo haciéndole creer que la vida es transitoria y temporal. El ejemplo más simple de la eternidad de la vida es darse cuenta de ella, percibir la vida misma y tomar conciencia sobre ella. Puede parecer un poco absurdo pero es más simple de lo que parece; para ello, hay que comenzar como dice el primer capítulo, en el Reconociendo Humano, y lo demás viene casi por añadidura. 

La eternidad, tampoco es algo que el individuo deba esperarla con el concepto del tiempo que tiene en su mente o que deba recibirla como una sensación específica, o como tocarla con las manos. Por ejemplo, suponiendo que el inmenso mar de un océano sea la eternidad, y una persona le dice a otra “sumérgete ahora en las profundidades de la eternidad”; y a lo mejor, esa persona sentirá que está en las aguas de ese océano y psicológicamente adjudicará en su mente que esa es la eternidad. Significaría, que en la generalidad de la psicología humana como está arraigada a las circunstancias del tiempo y de las sensaciones sensoriales físicas, le es muy difícil entender y menos comprender que la eternidad es la vida y el todo y en el proceso y dimensión que sea. Concluyendo, que la vida ES, y sus procesos de toda la creación y evolución cósmica naturalmente SON, y eternos. Inclusive quién sabe, que puede serlo hasta el mismo silencio del aparente vacío absoluto, y que en esa circunstancia sea el efecto primordial de transición del proceso siguiente de la manifestación de la vida de la creación evolutiva del universo o de los universos y dimensiones y así, eternamente... 

Es indudable que es difícil comprender la vida con respecto a la eternidad. Por ejemplo, el mismo mar anterior sea la eternidad y cada una de las partículas de agua son la vida, pero a su vez cada gota de agua interactúa interconectada con todas para formar la vida misma de la eternidad. Y puede también transmutar un proceso distinto, como la evaporación y formar a otro universo atmosférico de vapor de agua y luego precipitar y formar nuevamente un océano o mar. O sea, la vida, en cualquier estado o dimensión se manifiesta eternamente. 

Se dice, “de tal palo tal astilla”; la astilla, puede ser cada persona; el palo, la humanidad; ¿Y el árbol? El árbol… puede ser la vida en el Universo cósmico; ¿Y todos los árboles? Los universos y dimensiones; y todo eso... Dios… 

Ahora en la vida humana, cada persona puede ser a su vez parte de ese Grandioso orden que conforma la unidad eterna de la vida humana. Aunque algunos se preguntan... ¿Pero si en otro tiempo fueron apenas unos pocos seres vivientes habitantes en el planeta, y cómo ahora vamos camino a los ocho mil millones? Eso no tiene mayor importancia con respecto a la vida y a la misma eternidad porque ese, es un proceso, igual que las aguas que naturalmente cambian de estado o de dimensión, y si ahora somos más 8M.M., después pueden ser 100.000.000.000, o tan siquiera limitadamente dos o cuatro personas en la Tierra, es puramente el transcurso de un grandioso proceso. Y si por último no existe ninguno, tampoco importa porque la vida es, y los procesos de la eternidad son, y en otro plano, dimensión o planeta, se manifiesta la vida humana, o la semejanza de ella otra vez. Pero la vida y la eternidad son sempiternamente fuera del concepto o sensación del individuo humano... 

Un principio esencial de la vida humana es precisamente la naturaleza que le rodea. 

LA VIDA – LA LUZ & PASADO PRESENTE FUTURO

LA VIDA, LA LUZ Y EL PASADO PRESENTE Y FUTURO

La vida humana en la esencia de su espíritu o en el espíritu de su esencia, quién sabe que no exista el pasado y ni el futuro. ¿Cómo se entendería tal paradoja? 

Se podría pensar, que el pasado está constituido por las vivencias y experiencias que permanecen en la historia, en los registros, en los archivos y en la memoria de los seres humanos y nada más; y ellos, porque son inexistentes como arquetipos tangibles y vivientes como lo es el suceso y evento del instante preciso del presente. ¡Esa es la vida! En otras palabras la realidad es, y ahora; y es, es la vida. Nada más, que la percepción psicológica de la vida física es mediante el transcurso de ciclos sucesivos y periódicos que constituyen el tiempo o reloj cronológico y electro-biológico, y en ese sentido es difícil entender tal hipótesis y menos, si uno mismo no se escapa o se desconecta aunque sea por algunos momentos de la común interpretación del Tiempo.

En esos términos, tampoco existiría el futuro porque este porvenir de circunstancias y probabilidades de diversos eventos se constituye derivado del instante de la realidad presente, y que se construye con aquellos mismos ciclos y frecuencias a la luz de la vida. Es por eso que podría ser muy difícil lograr la máquina del tiempo y poder viajar al pasado o al futuro experimentando y participando en forma real y perceptible en esos viajes y lugares recónditos y después volver al punto de partida; y si eso fuera posible, no existirían las loterías y tómbolas de los juegos de azar entre otras cosas porque ya no constituiría la alternativa de combinaciones numéricas; y tampoco las probabilidades de la experiencia y la esperanza en la vida humana.

Eso sí que es distinto, que se puede experimentar en los registros y memorias de las personas y recordar vivencias del pasado. Pero, nadie que se haya sabido ha podido palpar e interactuar en esa otra realidad tal cual fue en esos instantes y cambiar el curso de la historia; nada más, individual o en forma asistida la persona puede recordar incluso como si fuera espectador de una película cinematográfica. En otras palabras, son experiencias del recuerdo en el caso del pasado y premoniciones fugaces en el caso del futuro. Otra cosa diferente y profunda de analizar sería el profetizar de algunos sabios, pero ese tema es conocimiento de otra naturaleza o gnóstico que se recomienda más adelante. 

También podría ser distinto, si una persona pudiera alcanzar la velocidad de la Luz como límite y permitiera alterar la sincronización del tiempo y exteriorizara algún fenómeno físico distinto a la normalidad. Mayor velocidad que la recorrida por la Luz para provocar algún fenómeno para transgredir las leyes del tiempo, ya tendría otra connotación o denominación porque velocidad y su vector, es parte del tiempo; y el tiempo tridimensional se mide con la luz recorrida en un espacio “vacío”. Lo que significaría que otras denominaciones de desplazamiento podrían tener otras trascendencias dimensiónales, pero eso, ya es otra cosa y difícil de entender, más aun, cuando es común que se diga que la luz generalmente se mide en el vacío con aproximadamente 300.000 Km. /s.; y el vacío, no existiría en un espacio físico interestelar completo. De hecho, la misma luminosidad de la luz, onda-partícula, requiere espacios y cuerpos físicos para manifestase y propagarse como tal; ya sea desde su emisión de radiación electromagnética de origen, como de sus fotones y reflejada visible en el espacio. Muchísimos otros elementos e influencias constituyen la composición y la vida del grandioso cosmos; pero nunca jamás vacío. 

El hecho de que no se pueda ver la luz en un aparente vació y oscuridad, no significa que no exista la luz y muchos otros elementos invisibles. La noche, que comúnmente se ve oscura está llena de la luz de rayos del Sol; nada más, que durante esas horas nocturnas no hay elementos para los ojos humanos permitan reflejar, reflectar, refractar y difundir la luz que proviene de la radiación solar para poder hacerlos visibles...